Perder el Reino

Con ágil narración, en Perder el reino, Israel García Reyes nos cuenta como, ataviados de túnicas y ropas eclesiásticas, los frailes y religiosos culminaban con palabras lo que había comenzado la espada. Las atrocidades causadas por el deseo de poder habían dejado secuelas en los naturales mexicanos y cualquier falta ante la nueva doctrina era castigada. Juan de Zumárraga, primer arzobispo de la Nueva España alguna vez nombrado “protector de los indios”, presenció cientos de juicios contra indígenas y españoles, pero sólo uno fue llevado a la hoguera: Carlos Ometochtli, nieto de Nezahualcóyotl. Basada en injurias, la ejecución de este noble texcocano se llevó consigo un reino terrenal que en vida ya se le escapaba de las manos, pero también un reino espiritual que al menos, por justicia divina, no ha dejado bien morir a más de uno